jueves, 11 de mayo de 2023

Activos Intangibles una Visión Referencial Cuantitativa

 Ricardo von Schoettler

Los activos intangibles son bienes sin esencia en la creación de valor de las empresas, pero que hay de su uso en el análisis de riesgo?

Lipe (1) mostró que los inversores anteponen las medidas de riesgo apoyados en la contabilidad según su juicio de riesgo, lo que revela la importancia de la información contable en la evaluación de empresas. En efecto, acorde con la Teoría de Señales (2), los directivos tienen el estímulo de divulgar informes de la deuda a terceros al mercado, en razón de que cuanto mayor sea el nivel de información simétrica reportada, mayor será la utilidad de conocer la estructura de financiamiento de la firma; como señal de calidad de gestión empresarial, por lo que en las empresas intensivas en activos intangibles, se esperaba que la deuda esté financiada con recursos externos (3)

Los activos intangibles tienen su origen en la Teoría de los Recursos y Capacidades  (4,5) en donde se sugiere que no es la eficiencia organizativa de la producción ni la diversidad de productos la que establece la rentabilidad y permanencia de la empresa en el largo plazo, sino la capacidad de estas a adaptarse en un mundo competitivo (6). Recientemente, (7) utilizaron la Teoría de la Asimetría de la Información, para mostrar cómo los recursos intangibles, se pueden usar para destacar a los inversores el posible éxito de la empresa. Modigliani y Miller (8) interpretaron que todo activo financiero, es un activo intangible en donde subyace un derecho legal sobre una ganancia futura.

Tobin, Brainard y Otros (1976) sostuvieron que q-T contiene información sobre los incentivos a la inversión, que no pueden transmitirse adecuadamente por variables usuales como las tasas de interés, de acuerdo a lo estipulado por la escuela austriaca (10). Además, Mankiw (2014, p. 270) resaltó que “el valor de una acción depende de los beneficios actuales y futuros esperados, generados por el capital instalado”. Por tanto, se puede inferir que el inversionista racional tomaría una acción “ si y solo si el beneficio valor marginal excede el costo marginal“ (Mankiw, 2014, p. 16) sobre su capital instalado. Edmans, Goldstein y Jiang (2012) mostraron que una alta proporción de activos intangibles, se asocia con un bajo valor en libros y, por lo tanto, un alto q-T.

 Barth, Landsman, Lang (2008) remarcaron que se reconoce a un activo intangible, cuando la probabilidad de los retornos a futuro beneficie a la compañía; y en segundo lugar cuando el costo del activo intangible pueda ser medido de manera fiable. Edmans et al.  (2012) destacaron que a pesar de que se suelen usar medidas de valoración para argumentar el desempeño de la gerencia, el precio de las acciones puede no revelar la totalidad de información inherentes a los inconvenientes de agencia, ya que también estarían incorporadas las correcciones esperadas mediante la toma de control, por tanto, los resultados desafían de esta manera la práctica común de usar el q-T de Tobin. No obstante a lo mencionado, McNichols, Rajan y Reichelstein (2014) mostraron que una q-T superior a uno indica que la empresa espera que los beneficios económicos sean positivos en el futuro. Esta valoración es consistente con el aserto de que  “las firmas con altos índices q-T tienden a ser aquellas empresas con oportunidades de inversión atractivas o una ventaja competitiva significativa" (Ross et al., 2005, p. 7). Véase también (Roll & Weston, 2008; Landsman & Shapiror, 1995).

De igual manera, Li, Liu, y Xue (2014) destacaron que los activos intangibles, han sido ampliamente reconocidos como la fuerza impulsora del crecimiento de la productividad de la economía, volviéndose cruciales para la supervivencia y prosperidad de una empresa. Por último, McNichols et al. (2014) buscaron obtener información teórica y empírica sobre la relación entre el valor Market to Book, tratando de identificar un componente de esta asociación que sea atribuible al conservadurismo contable incondicional, obteniendo resultados reveladores en sus conclusiones.

Fama y French (1993) destacaron que el ratio valor de mercado a valor contable, explicaban el rendimiento financiero de las acciones de mejor manera que el beta. Recientemente y consciente de los estudios previos, Sveiby (2015) concluyó que el valor de mercado de las empresas es mayor que el valor que presentan los libros contables, debido a los activos intangibles con que cuentan las firmas. No obstante, esta relación se ha debatido de manera preferente en el ámbito de generación de valor (21–29), esto es, aplicado para la valoración de empresas, tasación de activos tangibles e intangibles, evaluación de proyectos de inversión y bienes en general, en mercados emergentes. A pesar de lo mencionado, el autor no ha evidenciado que existan investigaciones previas asociadas al uso de datos intangibles reconocidos o no; y la determinación de un sustituto del riesgo sistemático, realidad que busca sustanciarse con la presente investigación.

              McNichols et al. (2014) buscaron obtener información teórica y empírica sobre la conexión entre el valor de mercado y el valor en libros, al identificar un componente de esta relación que es atribuible al conservadurismo contable incondicional. Una alta proporción de activos intangibles es probable que se asocie con un bajo valor en libros y, por lo tanto, un alto q-T (12).

Sveiby (2015) concluyó que el valor de mercado de las empresas es mayor que el valor que presentan los libros contables, debido a los activos intangibles con que cuentan las firmas. Tobin (1982) señaló que los activos intangibles, tienen influencia en el valor de mercado sobre los costos de reposición de los activos en libros; señalando que el indicador q-T, que se construye entre la razón del valor de mercado de la empresa para el costo de reposición de sus activos, mide esa diferencia.

El significado del resultado obtenido, Tobin (1982) lo definió de la siguiente manera: (a) si “q” > 1 el mercado valora el activo intangible a un monto mayor que el costo de reposición; y, (b) si “q” < 1 no se evidencia que el mercado de valor a los activos  intangibles.

La reciente crisis financiera ha planteado algunas conclusiones sobre la volatilidad de los mercados y sus diferentes vías para controlarla. sin embargo ha provocado una fuerte controversia sobre si los valores bursátiles recogen el auténtico valor de la empresa  (31) o por el contrario se ha distanciado cada vez más de su valor en libros. Lev (1989) evidenciaba desde fines de los 90, el gradual alejamiento entre el valor de mercado de las empresas y su valor en los registros contables.

Al evaluar las metodologías más relevantes para la determinación de los activos intangibles podemos mencionar el trabajo de Lindenberg y Ross (1981) quienes basados en el modelo de la q-T de Tobin, propusieron uno para el cálculo de: (a) el valor de mercado de las acciones preferentes; (b) el valor de mercado de la deuda a largo plazo, que es calculado en base a un cronograma de flujo de la deuda; y, (c) el valor de reposición de los activos, que se calcula a través de la suma del valor en libros del activo total más el valor de reposición de los inventarios, maquinarias y equipos. Ramírez Alesón, Delgado Gómez, y Espitia (2004) propusieron un procedimiento similar a Lindenberg y Ross (1981) diferenciándose básicamente por la inclusión de un variable de crecimiento denominada tasa de progreso técnico sectorial, la cual introduce un factor denominado precisamente  progreso técnico, para la composición de los costos de reposición.

              Perfect y Wiles (1994) propusieron un método alternativo al de Lindenberg y Ross (33), en virtud de la complejidad de su elaboración. Este método no precisa de información adicional para determinar de costos de reposición, ya que solo emplea información contable. La principal contribución que realizó, fue la introducción de un ajuste por depreciación que reduce el valor| de los activos para el cálculo de valor de reposición.

La siguiente figura muestra cómo se estructuran los activos intangibles:


Figura 2. Estructura de activos intangibles. Tomado de Sveiby  (20) Métodos para avaliar ativos intangíveis. Revista Unifae, v7, (2)

 

Partiendo de las conclusiones de Tobin (1982) y Sveiby (2015) se puede inferir que cualquier excedente de q > 1, representaría el agregado al precio de mercado correspondiente a valores de los activos intangibles; por lo tanto las variaciones periódicas de los valores, simbolizan los niveles de retorno de los activos intangibles. Consecuentemente, para determinar el valor del retorno de los activos intangibles, se deberá aplicar una modificación al procedimiento de q-T de Chung y Pruitt  (1994), restándole la unidad al resultado de la fracción planteada originalmente, mediante la siguiente fórmula:

Referencias

 1.           Lipe MG. Individual investors’ risk judgments and investment decisions: The impact of accounting and market data. Accounting, Organizations, and Society. 1998;23(7):625-40.

2.           Ross. The determination of financial structure: the incentive-signalling approach. The bell journal of Economics. 1977;23-40.

3.           Meca EG, Ballesta JPS. Una aproximación empírica al efecto de los activos intangibles sobre la estructura financiera en la empresa española. Revista europea de dirección y economía de la empresa. 2009;18(1):51-72.

4.           Barney J. Firm resources and sustained competitive advantage. Journal of Management. 1991;17(1):99-120.

5.           Wernerfelt B. A resource-based view of the firm. Strategic management journal. 1984;5(2):171-80.

6.           Macagnan CB. Condicionantes e implicación de revelar activos intangibles. Universitat Autònoma de Barcelona,; 2008.

7.           Fine MB, Gleason K, Budeva D. Getting what you’re worth: Implications that affect firm value in a brand acquisition. J Brand Manag. septiembre de 2016;23(5):70-96.

8.           Modigliani F, Miller MH. Corporate income taxes and the cost of capital: a correction. The American economic review [Internet]. 1963 [citado 28 de mayo de 2016];53(3):433-43. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/1809167

9.           Tobin J, Brainard WC, others. Asset markets and the cost of capital [Internet]. Cowles Foundation for Research in Economics, Yale University; 1976. Disponible en: https://ideas.repec.org/p/cwl/cwldpp/427.html

10.        Futerman AG. La Q de Tobin como medida macroeconómica del ciclo económico desde la perspectiva de la tradición austríaca. Invenio. 2016;19(36).

11.        Mankiw NG. Principles of macroeconomics. Cengage Learning; 2014.

12.        Edmans A, Goldstein I, Jiang W. The Real Effects of Financial Markets: The Impact of Prices on Takeovers. Journal of Finance. junio de 2012;67(3):933-71.

13.        Barth ME, Landsman WR, Lang MH. International accounting standards and accounting quality. Journal of accounting research. 2008;46(3):467-98.

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15.        Ross S, Westerfield R, Jaffe J, Hübner G, Ducoulombier F, Michel PA, et al. Finance Corporate (7ème édition). 2005;

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18.        Li EX, Liu LX, Xue C. Intangible assets and cross-sectional stock returns Evidence from structural estimation. 2014;

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